lunes, 11 de abril de 2016

SALIR DEL INFIERNO




La paciencia ante la injusticia tiene una dimensión más que trágica. Es un acto de muerte voluntaria en la que el pueblo es el único protagonista. Se levanta contra sí mismo. Elige la enfermedad y el frío. No infunde vida: le hace la autopsia a la generación siguiente. Sin conocerla.
Postergar la rebeldía cívica frente al latrocinio es peor que nutrirlo.
Es el agotamiento espiritual de una nación que deja sin derechos hasta a sus propios muertos.
Nuestra conciencia deambula como un elefante herido. Nuestra imaginación ya ha sufrido el primer disparo.
Cuando lleguemos a ese lugar donde no fluye el tiempo, estaremos condenados a masticar como liebres nuestros errores .
Hay que mirar por encima de nuestro cansancio moral.
Sin alas no es posible salir del infierno.

Ricardo García Nieto.

domingo, 3 de abril de 2016

ALGO SOBRE DOCTOR DIVAGO

 

Doctor Divago es un grupo de rock cuyo lirismo es tan rotundo como una demolición controlada, pero vista del revés, en la que el edificio se eleva, piedra a piedra, desde los escombros. Muchas de sus canciones contienen metáforas que son como explosiones, letras comparables a las mejores de la música pop española de cualquier tiempo. La música de tal derrumbe hacia el cielo puede frenar en seco, girar, saltar o simplemente caminar en esa senda vertical de árboles, globos o cohetes. Ritmo de batería sin límites, bajo más que profundo y guitarras de tormenta eléctrica crean el paisaje en el que la voz o la armónica rasgan el aire o penetran en el sólido más fuerte.
Catalogados como “rock periférico” –el grupo es de Valencia- se mantienen en su centro desde que comenzaron, hace más de 25 años. Ese centramiento los hace tan distintos que algún día serán considerados clásicos: hormas o siluetas a las que recurrir para habitar un espacio vacío de música.
En mi historia personal, me han sugerido tanto como un soneto de Borges o una novela de Baroja (por decir alguno de mis referentes). Yo no sería el mismo si nunca los hubiera escuchado. El arte, al fin y al cabo, se caracteriza por dejar una impronta en nuestras almas, una impronta que nos hace caminar de modo distinto y, sobre todo, hacia arriba.
Hay que tener cuidado con algunos temas de Doctor Divago: nos disparan con tal inocencia y entran tan sigilosamente en nosotros, que no somos conscientes de la herida que producen hasta mucho tiempo después, cuando ya ha cicatrizado. Quienes descomponen la realidad en mundos posibles, líneas de tiempo, reencarnaciones y vuelos a ambos lados de esa frontera entre la vida y la muerte, quienes nos punzan con el florete de lo inasible, nos invitan a una vida nueva. Celebro que sigan ahí como luminosos francotiradores en nuestro mundo oscuro.




Ricardo García Nieto