Generan confianza metiendo miedo, dosificando la riqueza de tu pequeño infierno. Salta de él. No
escuches la música con la que pretenden devaluarte. Porque suena en los
bolsillos de los príncipes de este mundo.
Hay un momento en la vida en el que te tienes que decir: sé quién
eres, de qué pie cojeas, de lo que te avergüenzas y ufanas. Y voy a tu
encuentro.
Es la condición para ser libre.
En esta época de carestías, nadie podrá recortarte nada. Y mucho menos
lo que piensas. Sólo tú podrás coger la tijera.
Anoche recorté mi sombra y la puse al sol como una sábana. Y lo vi todo
muy claro:
Nos vamos quedando solos en un mundo donde el dinero es la medida del
hombre.
Malgastamos nuestra respiración y nuestros latidos, y pagamos con
tiempo nuestro derecho a ser quienes somos.
Algún día, la enfermedad nos vendrá como un bálsamo y cerraremos los
ojos por última vez para regresar a casa. Entonces, en ese más allá, cuanto hayamos sufrido en
nuestras vidas nos parecerá una estupidez. Tomar ya esa conciencia futura es la
verdadera sabiduría.
No hay que vivir como si hoy fuese el último día de nuestras vidas,
sino como si acabásemos de regresar de la muerte.
Ricardo García Nieto