Un mundo donde lo bello ha sido sustituido por lo excitante, donde lo bueno ha sido reemplazado por lo necesario y donde lo justo se ha convertido en lo conveniente es un mundo de condenados.
viernes, 27 de mayo de 2011
EL GOBIERNO DE NUESTROS PROPIOS DEMONIOS
El indio hopi Roy Litlesun dice que la democracia (gobierno del pueblo) se ha convertido en “demoniocracia”. Tal vez tenga razón, y sean nuestros demonios los que han tomado el poder. La democracia se ha convertido en explotación y consumo. La democracia se ha convertido en mercado. El pueblo ya no gobierna; lo hacen sus demonios políticos y financieros, demonios que sólo son representantes del poder derivado del dinero.
Hace unos años nos hipnotizaron con la abundancia. Teníamos demasiadas cosas y proyectos de ocio. No nos dejaban tiempo para descender a nuestro interior y meditar sobre qué era lo que estábamos haciendo con nuestras vidas. Éramos reses pastando compulsivamente.
Litlesun expresa muy gráficamente lo devastador que resulta cada gesto en esta “demoniocracia” que nos hemos dado: cada vez que empujamos el carrito de la compra en un centro comercial, arrastramos detrás de nosotros un montón de cadáveres. Se refiere a quienes han perdido sus vidas en el tercer mundo para que nuestros productos sean más baratos. Quién sabe si nuestros propios cadáveres, también, dentro de no mucho tiempo.
Consumir sólo lo necesario y lo que no esté manchado de sangre debiera ser prioritario. Igualmente, debiera serlo un urgente proceso de autoconocimiento, saber quiénes somos y qué hemos venido a hacer a este mundo.
Lo que está sucediendo en nuestro planeta es irreversible. Hemos de tomar conciencia del gran cambio que se avecina. O nos ahogaremos en nuestra propia ignorancia.
Ricardo García Nieto