No
busquemos afuera lo que nos empeñamos en ignorar adentro. O nos
pasaremos la vida lanzándole reproches al espejo. Al de cristal y a ese otro de carne y hueso que son nuestros semejantes.
El ser humano se ha quedado inmóvil a mitad de camino entre las bestias y los ángeles. A través de los medios de comunicación, se impone la ZOOCRACIA, que sólo busca el aplastamiento espiritual del individuo.
La experiencia interior y trascendente puede mantenernos al margen de tan poderoso influjo.
La luna, que mueve las mareas, no nos hará derramar ni una sola lágrima.
La masa, encendida con millones de corazones, no nos robará ni un solo latido.
No somos cuerpos que sienten de vez en cuando el alma. Somos almas que sienten durante algunos años un cuerpo.
El ser humano se ha quedado inmóvil a mitad de camino entre las bestias y los ángeles. A través de los medios de comunicación, se impone la ZOOCRACIA, que sólo busca el aplastamiento espiritual del individuo.
La experiencia interior y trascendente puede mantenernos al margen de tan poderoso influjo.
La luna, que mueve las mareas, no nos hará derramar ni una sola lágrima.
La masa, encendida con millones de corazones, no nos robará ni un solo latido.
No somos cuerpos que sienten de vez en cuando el alma. Somos almas que sienten durante algunos años un cuerpo.
Ricardo García Nieto