Conforme pasa la vida y van pesando más las expectativas truncadas,
cual si fueran huesos endosados, adosados a los antiguos; conforme el miedo se
convierte en sonrisa condescendiente, y nada te queda que perder porque
descubres, de pronto, que nunca tuviste nada que perder; conforme observas el
derrumbe y percibes su belleza, esa dolorosa belleza que es como la promesa de
un mundo nuevo; conforme respiras, meditas, escribes, imaginas… E intuyes que
todo ha sido un regreso a casa. Y permaneces entre el sueño y la vigilia, entre
tu destino y los idiotas cargados de patria y dinero negro… Conforme
despiertas, tomas tu decisión, la única posible, y tienes la certeza de que es
justa.
Afuera, tras la ventana, las nubes seguirán saludando al mundo con sus
jorobas.
Ricardo García Nieto