A mi hija.
¿Qué música trajeron a este mundo
los gatos con su suave ronroneo,
qué elástico secreto el de sus cuerpos
rozándose en el tuyo?
Te miran y proponen el enigma
que descifró tu corazón. No sabes
que llevan de ventaja muchas vidas
sobre el primer recuerdo que soñaste.
Tal vez, sea su misión ir por delante
de la risa infantil y de sus olas,
del beso juvenil, la anciana mano
que en la mano se posa.
Su presencia es indicio y no fracaso
del amor que serás. Ellos, los gatos,