Está en el
aire. Podemos olerlo y sentir la incertidumbre. Nuestro inconsciente colectivo
lo señala. El cambio histórico que se avecina proyecta su sombra sobre nosotros
hace ya tiempo. No queremos verlo; pero lo vemos. Lo negamos; pero ya nos
duele.
Vamos a
dejar de ser aquellos que transitaban por un desierto de abundancia en el que
los deseos se multiplicaban conforme se cumplían; aquellos que ignoraban el
complejo que les llevaba a buscar un cuerpo establecido, una posición social,
cierto poder, fama o fortuna; aquellos que habían de llegar a moribundos para
enterarse, por fin, de lo que significaba la vida.
Está en el
aire. Somos lobos que lo olfatean, que empiezan a ofrecer su pan como un aullido.
Ricardo
García Nieto