La inocentada es que nos dejaron caer al mundo, nos vestimos
de carne y hueso, y empezamos a respirar. El manual de instrucciones para
sobrevivir fue la educación que nuestros padres nos dieron lo mejor que
pudieron y supieron. Uno suele caer en la cuenta de todo esto pasados unos años.
Es, entonces, cuando cada cual se descubre y busca dentro de sí la gran verdad.
Y construye la hermosa catedral de su destino.
Ricardo García Nieto