Nuestros políticos no son la democracia.
La democracia es la forma que tiene un pueblo de no ser esclavizado.
Nuestros políticos no simbolizan la democracia.
La democracia se simboliza en el acto libre de cada ser humano.
Nuestros políticos no representan a los ciudadanos.
Representar viene del latín “repraesentare”: SER con reiteración (RE)
y SER delante, antes, mucho y más (PRAE).
Nuestros políticos no están ni delante de nosotros para defendernos,
ni antes que nosotros para hacerlo, ni siquiera dispuestos ni mucho ni más a
jugarse un meñique por nosotros.
Se limitan a vendernos y a reiterarse a sí mismos.
Nuestros políticos ni siquiera son nuestros.
Son de su partido.
Los nuestros, los verdaderamente nuestros, no se venden. Son anónimos.
Se mueven en ese silencio que jamás podrán controlar… Más poderoso que un
partido, que un ejército o que cualquier usura impuesta por unos traidores.
Ricardo García Nieto