El bosón de
Higgs dura la billonésima de una billonésima de segundo: sólo se puede ver su
huella. Eso es lo que encontraron en el acelerador de partículas: un rastro. De
Europa también: sólo un rastro. El bosón de Higgs es el portador de la masa. Si
no existiera, no habría materia; todo sería luz. Por eso expira tan pronto. Lo
material es pasajero. Por eso la Europa de los mercados tiene una vida tan
corta. Porque se ha obsesionado con el dinero, el producto interior bruto, el
déficit… ¿Dónde quedó su espíritu, la luz, lo inmaterial, los valores humanos,
aquello que debía hacerla permanente? La carne muere; el alma permanece. Una
Europa que se parece demasiado al bosón de Higgs es poco más que el tintineo de
una moneda. La billonésima de una billonésima de segundo en el tiempo cósmico.
Ricardo
García Nieto