Nuestras
neuronas imitan la partitura de los astros. Pero las palabras sólo significan
lo que quieren nuestros políticos. Y vivimos tan al día que no vemos la noche
que se cierne sobre nosotros.
Nuestro
sistema solar se mueve hacia el plano galáctico a más de nueve años luz por
segundo. Estamos viajando en el tiempo sin saberlo. Quién sabe si hacia el
"no tiempo".
Vivimos el desenlace de una novela que empezó hace millones
de años y sabemos muy bien quiénes son los villanos. Nos han mentido. Y hasta
nos ha parecido bien que lo hiciesen. Hemos aprendido muy deprisa a dejar de
respetarnos.
La música
del cielo se torna melancólica. El campo magnético de la Tierra tiene la forma
de una lágrima. Padecemos una epidemia de inconsciencia.
Ricardo
García Nieto.