domingo, 9 de marzo de 2014

ACABO DE MORIR

Acabo de morir. Ha sido fácil. Mi alma salió del cuerpo sin dolor y, a la par, he dado mi primer paseo en bicicleta, mi primer beso de amor y he visto nacer a mi hija. Todo ha sucedido simultáneamente: el cine del más allá carece de tiempo. Sé que he regresado a casa. Escribo estas letras para seguir asombrándome del fuego que inventó el más sabio de mi tribu y celebrar el regreso de los cazadores con las presas que nutrirán a la comunidad. Estar muerto es recordar que sigues vivo. Y con menos lastres que antes. Hay un ángel que me visita cada noche: posiblemente sea yo mismo. Rezo, ignorando que ya regresé a la presencia del que todo lo sabe. Soy joven y viejo. Cadáver y recién nacido.
Todo está cumplido porque todo nos ha sido dado. Es algo que no deberíamos olvidar al emprender de nuevo este viaje.


Ricardo García Nieto