Querido
funcionario, mejor será que te lo diga sin tapujos: van a por ti.
No
importan tus años de estudio y preparación, tus oposiciones con exámenes
sucesivos, tu moderación salarial en épocas de bonanza, cuando eras el peor
pagado de la sociedad, ni tus bajadas de sueldo y aumento de horas de trabajo
en épocas de crisis. No importa. Van a por ti. Necesitan un chivo expiatorio. Y
lo vas a ser tú.
1) Van a hacerte culpable del
déficit público.
2) Van a explicar que los recortes
en sanidad, educación y ayuda a la dependencia o tercera edad se han debido a
que el estado ha de poner en tu nómina el poco dinero que le queda.
3) Te van a tachar de
privilegiado, cuando nunca lo fuiste.
4) Y cuando tus vecinos, amigos y
hasta familiares te señalen con el dedo como culpable de todos los males, te
harán una Reforma de la Función Pública que no te atreverás a contestar.
Estarás tan exprimido que no te podrás permitir ni una huelga, ni un grado más
de criminalización de la que sufres.
Para
entonces, si aún sigues en tu puesto, te seguirán llamando funcionario, aunque
ya no lo seas en tu nueva naturaleza. Porque serás un siervo del gobierno de
turno, que podrá empujarte al paro si eres díscolo, si miras por el bien de tus
conciudadanos en vez de mirar por el bien del partido gobernante.
Eres el
último eslabón de la cadena con la que nos van a amarrar a todos. El punto
final del plan, al que Rajoy se ha ceñido, para que Merkel y Lagarde conviertan
el sur de Europa en un reservorio de mano de obra barata.
El proceso
ha sido bien sencillo:
1) La única soberanía económica
debía ser la de Alemania . Y lo fue.
2) Los ajustes estructurales
tenían que hundir el mercado interno y empujar a la bancarrota a la industria
de tu país. Y se consiguió.
3) Tenían que reducirse los costes
laborales. Y se redujeron.
4) Se nos tenía que hacer
competitivos con una reducción de salarios que estuviera al nivel de los del
Tercer Mundo. Y nos metieron en el Tercer Mundo.
5) Puestos todos a saldo, los
países ricos trasladarían su actividad económica a nuestro país, se diría que
salíamos de la crisis y los banqueros, eufóricamente, nos advertirían que
empezaba a llover dinero del extranjero.
Así de
simple.
En 2008 se
decidió el proceso desde Alemania. España debía de volver a una economía de
posguerra sin edificios bombardeados ni tanques retorcidos en sus calles. Y se
hizo.
Mirándome
al espejo, te digo adiós, funcionario, porque dentro de poco ya no lo serás. Permanezcas
o no en tu puesto.
Ricardo
García Nieto