La dicha está emparentada con el dolor. Pretender
que todos los fragmentos de una vida encajen hasta formar el mosaico deseado
puede ser un llamamiento a la fatalidad. Las biografías autorizadas son
productos en los que el biografiado se cuida mucho de los desacordes. Por eso
resultan cojas o mancas. O ambas cosas a la vez. En las relaciones de amistad,
es mejor no conocer detalles. Preguntar por ellos es una forma voluntariosa de
asegurar una muerte indigna a quien profesas aprecio. Al menos en ese hospital
psiquiátrico al que llamamos imaginación. La vida revelada debiera ir
quedándose muda en tanto se hace de rogar. Hay un punto de no retorno en el que
los secretos no deben conocerse nunca. A veces, es preferible la decepción del
ocultamiento a la tardía flor del conocimiento.
Una sola e inevitable brizna
dice más del conjunto que una fotografía por satélite.
El ápice más triste de la
aurora contiene en sí el mediodía.
Unos granos de sal, el sabor
del océano. Quédate con ellos si no quieres que el presente se esfume para siempre.
Ricardo García Nieto