martes, 7 de enero de 2014

DETALLES TARDÍOS


La dicha está emparentada con el dolor. Pretender que todos los fragmentos de una vida encajen hasta formar el mosaico deseado puede ser un llamamiento a la fatalidad. Las biografías autorizadas son productos en los que el biografiado se cuida mucho de los desacordes. Por eso resultan cojas o mancas. O ambas cosas a la vez. En las relaciones de amistad, es mejor no conocer detalles. Preguntar por ellos es una forma voluntariosa de asegurar una muerte indigna a quien profesas aprecio. Al menos en ese hospital psiquiátrico al que llamamos imaginación. La vida revelada debiera ir quedándose muda en tanto se hace de rogar. Hay un punto de no retorno en el que los secretos no deben conocerse nunca. A veces, es preferible la decepción del ocultamiento a la tardía flor del conocimiento.
Una sola e inevitable brizna dice más del conjunto que una fotografía por satélite.
El ápice más triste de la aurora contiene en sí el mediodía.
Unos granos de sal, el sabor del océano. Quédate con ellos si no quieres que el presente se esfume para siempre.


Ricardo García Nieto