-¿Qué
puedo desear?
-Mejor no hacerlo. Pero si lo hacemos, que nos consuele la idea de que los deseos son realidades mientras se piensan. Aunque no se cumplan.
-Mejor no hacerlo. Pero si lo hacemos, que nos consuele la idea de que los deseos son realidades mientras se piensan. Aunque no se cumplan.
-¿Qué
puedo esperar?
-Que el destino nos dé indicios y nuestros ojos los vean.
-Que el destino nos dé indicios y nuestros ojos los vean.
-¿Qué
puedo hacer?
-Estar atento.
-Estar atento.
-¿Qué
puedo tener?
-Lo que menos pese; lo que más eleve. Los ricos y los poderosos valen su peso en plomo.
-Lo que menos pese; lo que más eleve. Los ricos y los poderosos valen su peso en plomo.
-¿Qué
puedo ser?
-Ya lo eres.
-Ya lo eres.
-¿Qué me
va a pasar?
-Ni te lo plantees. Lo que más te guste será lo que menos necesites.
-Ni te lo plantees. Lo que más te guste será lo que menos necesites.
-¿Por qué
pregunto?
-Las preguntas son como enfermos en la cuarentena de tu corazón. Tienes que sanarlos. Tú eres el médico.
-Las preguntas son como enfermos en la cuarentena de tu corazón. Tienes que sanarlos. Tú eres el médico.
-No creo
que tus respuestas me sirvan de mucho.
-Ya lo han hecho.
-Ya lo han hecho.
Ricardo
García Nieto