lunes, 26 de julio de 2010

TESTAMENTO


Cuando uno hace lo que debe de hacer, lo demás viene por añadidura. La neurosis del mundo moderno se origina al convertir la añadidura en objetivo primordial. Esto suele suceder con quienes se encuentran vacíos y más con quienes no saben que lo están, con quienes se sienten pobres cuanto más opulentos, o débiles cuanto más poderosos, con quienes han triunfado perdiendo todas las oportunidades para trascender más allá de sus propios huesos.
La felicidad que se nos promete se reduce a satisfacer unas pocas apetencias, los laureles que se nos muestran no son más que coronas de espino, y los trajes de gala no más que camisas de fuerza.
El cebo es cotidiano. Nos pierden para reagruparnos en la granja, en el inmenso corral donde habremos de comer y comer el grano de promesas que nos echan. Nuestros corazones lloran, nuestros hígados rabian y nuestros estómagos se vuelven insaciables.
Las ganancias de este mundo pesan y pasan.
Pero aún quedan en nosotros rescoldos de la pureza originaria.
La infancia no pesa y no pasa.
La inocencia no pesa y no pasa.
Nuestras almas religadas con el Todo no pesan y no pasan.
Cada intención es un testamento en vida.


Ricardo García Nieto.