¿Qué ha olvidado el hombre de nuestro tiempo? Mirar hacia lo
invisible y hacia lo lejano, como si lo que estuviera en el horizonte también
habitara nuestro interior. Mirar al otro lado de la vida, precisamente rodeado
de instrumentos que de nada sirven allí. Pies, ¿para qué os quiero? Alas, ¿para
qué agitaros? Compartir con el perro más famélico la misma melancolía, el mismo
abismo que se abre en el corazón. Para ver lo lejano hay que caer a lo más
hondo, donde los objetos pierden su forma, su valor y su precio.
Ricardo García Nieto