La Teoría del Cisne Negro, del libanés Nassim Nicholas Taleb, dice que
todo evento inesperado y de gran impacto puede ser racionalizado por
retrospección. Es decir, que después, una vez pasado el susto, explicas las
causas con toda lógica. El atentado de las Torres Gemelas, el tsunami de Japón,
la crisis financiera… Todo tenía una explicación racional. Que no cunda el
pánico.
Lo que yo me pregunto de los Eventos Cisne Negro es si la explicación
ofrecida a los ciudadanos es la real. Es por eso que me atrevo a hacer un
añadido a la teoría del profesor Taleb: los Cisnes Negros pueden ser
racionalizados por retrospección, pero también por verosímil invención.
Es más, me atrevería a decir que la mayoría de los Cisnes Negros
tienen una teoría oficial y una conspirativa, ambas igualmente racionalizadas
por retrospección.
Una pregunta me asalta: ¿hace falta un auténtico Cisne Negro en
España? Y no me refiero a los Cisnes Negros ya vividos y manoseados por unos
pocos a su conveniencia, como por ejemplo el autogolpe del 23 F… Me refiero a
movimientos sociales como el 15 M. O a lo que pueda acaecer en esta situación
límite que vivimos.
El problema de los Cisnes negros no es la racionalización
retrospectiva, sino la prospectiva: ¿qué hacemos a partir de ahora?
Los cisnes negros acaecen en la vida social tanto como en la privada:
1) Un suceso sorprendente, que ni remotamente habías considerado.
2) Cuyo impacto te remueve hasta los cimientos.
3) Y al que le das una explicación racional una vez padecido.
4) ¿Cómo lo vas a gestionar de una forma racional?
Pitágoras y Platón sostenían que el canto del cisne, antes de morir,
era de júbilo y alegría: el cisne estaba feliz por abandonar su cuerpo y
liberar su alma inmortal.
Hay Cisnes Negros que jamás cantarán su adiós.
Ricardo García Nieto