Así como
los ríos limpian su cauce, los hombres purgan su corazón: arrancan la cólera de sí y
destilan su melancolía. Las revoluciones sociales suelen elegir a los primeros.
Las obras de arte, a los segundos. El materialismo financiero se ha instalado
en nuestros hogares. Tu coeficiente de logros indica lo necesario que eres: si
se puede prescindir de ti. Un buen coeficiente limpia tu inexistencia.
Así como
los ríos huyen de sí mismos, el nuevo hombre se ha dejado la piel en la moneda;
sus dones en la vieja casa de su infancia; su esperanza en la ficción de los
periódicos.
Cuando
mordisqueo mis pensamientos, sé que algo ha de cambiar. Y lo amontono en unas
líneas.
Las
bodegas han de estar vacías para emprender el viaje de regreso.
Ricardo García Nieto