sábado, 30 de octubre de 2010

EL MIEDO TIENE MIEDO

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Desde el 15 de septiembre de 2008, los pastores políticos y financieros de todo el mundo apaciguan sus rebaños con distracciones menores, optimismos sin causa y sonrisas al por mayor. No nos advierten de la grave situación y masajean nuestras mentes para que sigamos haciendo lo que se espera de nosotros.
La verdad, que nos hace libres, explotó con las burbujas financieras aquí y allá, y la desinformación llueve con sus aguas turbias sobre los pocos datos que se escapan al control de nuestros gobiernos.
Piensan que al final de la jornada, a fuerza de mirar la injusticia que nos rodea, todo nos puede parecer más justo. Pero se equivocan. Siempre se equivocan.
El miedo tiene miedo a que le hagamos frente.


Ricardo García Nieto.

viernes, 29 de octubre de 2010

APAGANDO EL TIEMPO

Si el tiempo sólo sabe mirar delante de sus pies; si la memoria falla y se inventa los recuerdos; si el porvenir es un camposanto de sueños incumplidos; si las voces y miradas que nos llegan nos acusan de ser distintos; si lo somos y aún lo ignoramos, o si lo sabemos y nos maldecimos por ello… Tal vez debiéramos mirar la luz de alguna vela, la gota de fuego que no cesa, sentir que en su interior tenemos nuestra casa, el único lugar donde nada es mentira.
El mundo seguirá afuera con sus sombras cargadas de razón.
La humilde llama de una vela podría ser el útero del que nacer siempre que quisiéramos.
Sólo hay que apagar el tiempo.

Ricardo García Nieto

sábado, 2 de octubre de 2010

ACORDARSE ES ORAR

Mi piel no termina en mí. Se oscurece en regiones de ébano y amarillea como el pergamino cuando amanece en Oriente. Nos abrazamos sin querer a miles de kilómetros de distancia. Y hasta sentimos las huellas dactilares de quienes se fueron para siempre. Tal vez, algún día los alcancemos.
Acordarse es orar. Responder a la caricia que viene de tan lejos.
Mis dedos en el teclado; mi corazón en el camino; mi mente... ¿Quién teclea mi mente?
Vayamos donde vayamos, nuestra piel se estremece. Alguien nos roza desde el porvenir.


Ricardo García Nieto.