sábado, 31 de marzo de 2012

LA CRISIS, LA GUERRA Y EL EVENTO CELESTE


Una conversación de hace siete años:
-En una primera fase, provocaremos una ficticia crisis económica, que tendrá ocupada y preocupada a la población para que no vea el entramado de las dos siguientes fases. Habrá algunas protestas y revueltas callejeras, que servirán para soltar las últimas iras que aún alberguen los corazones. Conseguiremos tal grado de confusión y temor, que la gente apenas reaccionará cuando comience la segunda fase.
-¿Qué segunda fase?
-La guerra.
-¿Qué guerra?
-Cualquiera vale. Pero Irán podría ser el enemigo que todo lo justifique. Y cuando digo “todo” no me quedo corto. La incertidumbre y el miedo hará que los sucios rebaños no se atrevan ni a respirar.
-¿Y después qué?
-En la tercera fase, habrá un evento celeste.
-¿Qué evento?
-El que ha de suceder o el que, sencillamente, nos permita protagonizar nuestra tecnología. O ambas cosas a la vez. Da igual. La imaginación hará su trabajo y el hombre volverá de golpe al pertinente estadio infantil del que nunca debió salir, y se doblegará ante el líder o mesías que elijamos.
-¿Y si me decidiera a informar de vuestros planes a cuantos quieran escucharme?
-Hazlo. Pondrás tu granito de arena en el nuevo orden. Hemos ido cociendo lentamente a las masas. El cine, la televisión o las novelas de ciencia ficción han sido nuestro fuego. Cuando reveles estas cosas, te dirán que has visto muchas películas, que se te han reblandecido los sesos lo mismo que a Alonso Quijano al leer tantas novelas de caballerías. Serás un… ¿Cómo se dice ahora? ¡Ah, sí! ¡Un conspiranoico! Eso es, un conspiranoico…
-¿Por qué me cuentas todo esto?
-Necesitamos locos que digan la verdad.
-¿Para qué?
-Precisamente para que la verdad sea tomada por asunto de locos.
-Sinceramente, no me creo nada de lo que me has dicho.
-Perfecto. ¿No lo ves? En cualquier caso, habremos logrado nuestro objetivo.
-Malditos seáis.
-Siempre lo fuimos.
(En este punto, el narrador duda de sus recuerdos, se aleja del papel y la pluma, y decide prepararse una taza de té con la convicción de no volver al tema).


Ricardo García Nieto

lunes, 19 de marzo de 2012

CUANDO EL LOBO ABRA SU BOCA


No ha sido fácil, ¿verdad? Nos hemos equivocado, hemos sufrido y algo hemos aprendido. Como seres individuales y desinformados, hemos hecho lo mejor que podíamos y creíamos hacer. Nada se nos puede reprochar.
En el gran campo de concentración de nuestro planeta, sólo vemos el humo de los hornos crematorios y sólo sentimos el cansancio y el dolor de nuestros huesos. Los guardianes han perdido sus últimos escrúpulos. ¿Para qué tenerlos si nos miran como si ya estuviésemos muertos?
Nos llevan al redil de los acontecimientos venideros con la convicción de hacernos un favor. Sea por acción o por omisión, creen que nos entregan a la fatalidad por nuestro propio bien. No se dan cuenta de que vencemos al ser vencidos. Nuestro castillo interior siempre será inexpugnable.
La Historia está dando un giro. Nada volverá a ser como antes.
No voy a ser explícito sobre lo que sospecho o lo poco que sé. No es mi cometido. Pase lo que pase, sea de forma brusca o gradual, quiero señalar que hay más esperanza de la que imaginamos.
Las piezas de nuestra vida han encajado con la precisión de los cuerpos celestes o las hojas de té.
Aléjate un poco y admira tu obra. No te sientas culpable de su perfección. Así tenía que ser.
Y déjale el pastel del miedo a los guardianes. Cuando el gran lobo abra su boca, simplemente estará bostezando.


Ricardo García Nieto

sábado, 17 de marzo de 2012

LA AGUJA QUE ENTRA POR SU PROPIO OJO


Nadie sale indemne de la mirada del otro. Las miradas liman. O pulen en el mejor de los casos. Pero también pueden erosionarte hasta dejarte en casi nada, convertir en polvo tu personalidad, tu naturaleza, tu ser más íntimo, y tornarte en un autómata que se mueve por necesidad y miedo. Se trata de la superioridad de lo ajeno sobre lo propio, de lo impuesto sobre lo infuso, del estímulo social sobre el impulso a bucear en ti mismo.
El guardia que te mira de reojo, la señora que te revisa de arriba abajo o el inspector que te punza con sus pupilas están en cada uno de los viandantes lo mismo que el robot o el títere.
Cada uno es víctima o verdugo. También el salvador de sí mismo: la aguja que entra por su propio ojo.


Ricardo García Nieto

sábado, 10 de marzo de 2012

CAYENDO

Nuestra voluntad de vivir debe ser tan grande como para aprender a irnos en paz de este mundo por muchos años que nos queden.
La sobredosis de realidad puede llevarnos al miedo y la desesperanza.
Pero todo está perfecto. Tal y como lo elegimos hace mucho tiempo, quién sabe, antes incluso de nuestro propio nacimiento. ¿Para qué? Para recibir el aprendizaje espiritual que decidimos entonces, allá donde el tiempo terrestre no corría por nuestros corazones milenarios.
Cada día me pongo la zancadilla para tocar con mi espalda el suelo y mirar las estrellas. Mis omóplatos me dicen si la tierra está seca o mojada. Mis ojos hablan del misterio, del lejano hogar al que habremos de volver.
Dejo que mis pies se traben. Caigo mirando el abismo de los cielos.


Ricardo García Nieto



domingo, 4 de marzo de 2012

NADA NI NADIE


Ni bulimia de los mercados ni la flaqueza de nuestros políticos podrán desahuciarnos de nuestra voluntad.
Allá donde pongamos la mirada irá nuestra realidad.
Allá donde pongamos la atención irá nuestra energía.
Allá donde pongamos el corazón nos haremos eternos.


Ricardo García Nieto