lunes, 7 de mayo de 2012

DESAPARECIDOS DE SÍ MISMOS

Prefiero morir a convertirme en hombre moneda, en hombre déficit, en hombre máquina.
Prefiero morir a convertirme en un desaparecido de mí mismo.
A los miserables morales se les ve venir de lejos. Llevan demasiado tiempo entre nosotros. Te mienten en tu propia cara, te insultan, saquean tus derechos y tienen el cuajo de decirte que lo hacen por tu propio bien. ¿Te suena?
Los profesionales de la política son lobos para el hombre.
Alain nos recordaba que el hombre justo no pretende gobernar a los otros, pues sólo pretenderse gobernarse a sí mismo. Y concluía: “siempre gobernarán los peores”.
¿Qué podemos hacer?
Podemos partir de una premisa: no has nacido para malgastar tu alma, no has nacido para someterte al ego autoritario de un cretino. Si los que te dirigen, gobiernan o mandan no son hombres justos, niégate a enfermar siguiéndoles. Has de comenzar una revolución silenciosa e individual, no tienes ni que proclamar tu libertad: haz uso de ella, responsablemente, en tu esfera de influencia, en tu trabajo, en tu comunidad. No malgastes tu tiempo advirtiendo que eres libre o que tienes determinados derechos. Obra en consecuencia, insisto: haz uso de tu libertad y tus derechos. Sé activo. No renuncies a ti. A tu alma. No has nacido para vendérsela a los mercados. Ni al ego autoritario de un cretino.
Ana Arendt nos recordaba que el mal absoluto consistía en hacer que los seres humanos fuesen superfluos, en asesinar lo que el hombre tiene de individual y espontáneo, convirtiéndolo en un “muerto vivo”.
¿No es acaso eso lo que están haciendo los gobiernos de Europa al transformarnos en máquinas que votan, consumen y trabajan?
El dictador Videla, declaraba sobre los desaparecidos argentinos durante su mandato en estos términos:
“El desaparecido, en tanto esté como tal, es una incógnita. Si el hombre apareciera, tendrá un tratamiento “X”, si la desaparición se convirtiera en certeza de su fallecimiento, tiene un tratamiento “Z”, pero mientras sea un desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial, es una incógnita, es un “desaparecido”, no tiene entidad, no está, ni muerto ni vivo…”
A diferencia de lo que hizo el criminal Videla con sus compatriotas, a nosotros no nos están arrojando sobre el mar desde un avión. Todo se andará… De momento nos necesitan como inconscientes pagadores de deuda. Como muertos vivientes. Desaparecidos de nosotros mismos.


Ricardo García Nieto