lunes, 11 de abril de 2016

SALIR DEL INFIERNO




La paciencia ante la injusticia tiene una dimensión más que trágica. Es un acto de muerte voluntaria en la que el pueblo es el único protagonista. Se levanta contra sí mismo. Elige la enfermedad y el frío. No infunde vida: le hace la autopsia a la generación siguiente. Sin conocerla.
Postergar la rebeldía cívica frente al latrocinio es peor que nutrirlo.
Es el agotamiento espiritual de una nación que deja sin derechos hasta a sus propios muertos.
Nuestra conciencia deambula como un elefante herido. Nuestra imaginación ya ha sufrido el primer disparo.
Cuando lleguemos a ese lugar donde no fluye el tiempo, estaremos condenados a masticar como liebres nuestros errores .
Hay que mirar por encima de nuestro cansancio moral.
Sin alas no es posible salir del infierno.

Ricardo García Nieto.