jueves, 6 de marzo de 2014

¿QUÉ SE ESPERA DE TI?


¿Qué se espera de ti? ¿Acaso importa?
Empecemos por lo básico, lo que nunca te han enseñado ni en la familia ni en la escuela: estás solo, absolutamente solo. O sola. Lo único importante de lo que has de vivir es el sufrimiento y su consecuente sabiduría. Del jijí y del jajá poco se aprende. Nada. De la belleza, la existencia de un orden que pocas veces vemos. Del sufrimiento, la libertad. No eres libre si lo amortiguas con pastillas; no eres libre si huyes de él hacia cualquier adicción; no eres libre si te pones un traje, una máscara y te convences del papel que interpretas en el falso escenario. Sólo cuando atraviesas la nube del miedo eres libre.
¿Qué se espera de ti? Te lo voy a decir claramente: que sonrías para quedar bien y que lo hagas por miedo. Que te comportes estúpidamente y que lo hagas por miedo. Que aceptes un juego social atroz y que participes en él por miedo. Que te faltes y que tengas tu alma en vano por miedo. Que te culpes y avergüences por miedo. Que les des tu dinero y que los votes por miedo.
¿Qué se espera de ti? ¿Acaso importa?
Tres policías, tres, detienen a un anciano que vende limones frente a un ambulatorio. ¿Qué se espera de ti? ¿Que los aplaudas?
Un gobernante con cuentas millonarias en Suiza te dice cómo tienes que vivir. ¿Qué se espera de ti? ¿Que le hagas caso?
Tu madre, tu padre, tu pareja, tu asociación de vecinos, tu consejero espiritual… Puede que alberguen expectativas sobre ti… ¿Son las tuyas? Y más: ¿es sano albergarlas? ¿Cuáles? ¿Una casa, un coche, un reloj de marca, unas prótesis mamarias? Espera, no me lo digas: dinero, mucho dinero… Ah, que era eso… ¿Y si te dijera que el dinero no es real? ¿Estuvo en la naturaleza alguna vez? ¿Se come, se bebe, abriga, sana? ¿Y si te dijera que el dinero no es más que una abstracción interesada, una religión y, por ende, una forma de poder?
Veo la prepotencia de quienes manejan el dinero, la deificación de quienes lo tienen y la indefensión de quienes lo ganan honradamente con su esfuerzo. Todos, los decentes y los indecentes, se han creído la identificación entre dinero y tiempo. Miles de ancianos estafados por las preferentes se quejan: me han robado los ahorros de 40 años de trabajo; me han robado mi vida. No voy a poner el foco de atención en los hijos de la putrefacción que les han estafado. Lo van a pagar. Y lo harán caro. Me interesa destacar cómo dos abstracciones, el dinero y el tiempo, son los bisturíes con los que se les abre el corazón al ser humano para que haga lo que no quiere. ¿Qué es el tiempo sino el escenario que te obliga a actuar sin descanso? Alguien se queda con el beneficio de tus actuaciones en el tiempo. Y no quien las merece.
¿Qué se espera de ti? Que sigas igual. Que trabajes, sirvas y consumas hasta el día que te vayas de este mundo. Lo de morirte ya no será necesario, porque ya estarás muerto de miedo muchos años antes. Simplemente, dejarás de funcionar. ¿Acaso importa?


Ricardo García Nieto