lunes, 10 de noviembre de 2014

NO SÉ ADÓNDE VOY

No sé adónde voy; pero voy. Y ya no tengo prisa. Oigo el zumbido de las avispas y el discurso de los políticos. De cuando en cuando, alguna de estas especies te pica y sientes el minúsculo aguijón de la realidad: el dolor como un cuento, la ira como un resorte, la tristeza como un traje a tu medida.
Poner la televisión es una forma de desahuciar tu corazón. Cualquiera diría que Dios ha torcido su mirada para no ver su propia creación. Podemos hacer lo mismo. O ver donde nada se ve.
Escribo como si me diera un paseo. No hay forma de escapar de la soledad o la enfermedad. Pero puedes evadirte contemplando el afán de los insectos, el coqueteo de los gatos o el disimulo sin fin de un buen roble. Cualquier encuentro es una oportunidad para hablar con un ángel. No tuercen su mirada hacia ningún teléfono móvil.
No sé adónde voy. Pero voy. Sin tener que salir de esta cuartilla.


Ricardo García Nieto.