sábado, 30 de noviembre de 2013

EROS E HYPNOS

El Eros se cansa de ver la misma arquitectura, de oír la misma música, de saborear los mismos vinos. Al Eros le gusta verse sorprendido por la audacia. Las lealtades son propias del Hypnos. Bach, por ejemplo, nos hipnotiza; nos sube a lo inalcanzable. El jazz nos erotiza; nos pone en el campo de batalla. Igual sucede con las amistades y los horizontes; con las investigaciones y las intuiciones. Abocarse es casi fisiológico. Recogerse es hacerse prematuramente a regiones sin tiempo. Entre los dos extremos, vamos: o revoloteamos o nos pegamos a la luz. Como los insectos nocturnos. En cualquier caso, nuestras debilidades nos ayudan.


Ricardo García Nieto