sábado, 2 de noviembre de 2013

LA INOCENTADA

La inocentada es que nos dejaron caer al mundo, nos vestimos de carne y hueso, y empezamos a respirar. El manual de instrucciones para sobrevivir fue la educación que nuestros padres nos dieron lo mejor que pudieron y supieron. Y lo que nos enseñaron en el colegio. Pudieron equivocarse, pero no fueron culpables, sino víctimas. Uno suele caer en la cuenta de todo esto pasados unos años. Es, entonces, cuando cada cual se descubre y busca dentro de sí la gran verdad. Y construye la hermosa torre de su destino. Que esté fortificada o no, que sirva para el arquero, el astrónomo o el eremita depende de cada cual. La inocentada postrera será volver a casa. Inocentes, sí, como recién nacidos.


Ricardo García Nieto